miércoles, 29 de febrero de 2012

Noche, Bicicletas y poesía


Escucha mi voz al leer
lenta, susurrada
como un suspiro a un mínimo roce de tu piel,
diciéndote, onduladamente, lo que
eramos.

Vivíamos en otro mundo,
en otro sur...
a años luz de este. Al otro lado de este río quieto y fangoso.
En mis ojos sólo habían versos.
No sé cómo he aprendido a vivir sin ellos.
Eramos Musa y Dios, Diosa e Inspiración.
Recuerdos clarioscuros que trae
la noche,
con las brisas de la víspera de la primavera.
Eramos tan frágiles,
Equilibristas de circo barato.
Y aún así yo siempre preferí el vértigo y la cuerda floja.

Eramos Julietas drogadas.
Eramos
un
rincón
de
una
ciudad
que
ya
no
existe.


Antes era poesía a flor de piel.
Ahora soy pura euforia, pleno sol. LUZ de mil estrellas.
Sin apenas un sólo verso guardado en mis bolsillos rotos,
y sin pena y sólo Amor y Gloria.