miércoles, 15 de agosto de 2012

Como Ariadna siempre, siempre, siempre, clavada en su constelación, querrá la sangre de Teseo, derramada junto a sus sesos.
Lo quiere cayendo por el acantilado,
estripado contra el mar.
Destrozado.
Así te quiero yo.
Cómo tu me quisiste,
mientras paseaba por calles llenas de putas que me tenian compasión.

Te quiero abandonado en la playa que me dejaste,
y no quiero Dionisios que vengan a por tí.
(esa suerte fue para mi, sólo para mi).
Te quiero,
deshidratado y a medio devorar por el kraken.




Sólo te dedique poemas de odio y dedicaciones falsas en libros revolucionarios. Y ahora sólo me queda todo este odio.