martes, 19 de agosto de 2014

Ese momento en qué entró la luz,
se vio aquel dolor viejo, tiempo roto, un silencio que nunca llegaba.

Ruegos por segundo de tranquilidad,
para observar barcos cayendo al vacío.
¿Saltar Niágara abajo, al agua helada?
¿Consumirse al calor de un sol apagado?

El pajarillo moribundo sobre el pecho,
aliado de un resquicio de corazón.
Aletean pero no vuelan.
Calientan pero no abrasan.
Apenas una chispa, un fuego fatuo verdeazulado.

Y él parecía arder, en la nada, en su vacío.
"¿Qué voy a hacer contigo?"
Acabarás matándome con tu vaivén,
el tic, el tac.
Ya sí ya no.

¿Qué vas a hacer conmigo?
"¿Fóllame, no?"
Y reventemoslo todo.

No hay comentarios:

Publicar un comentario