Regata al fin del mundo
y yo me quedo con todo el velamen roto.
Anclada,
con el peso de tanto muerto.
Fugas de agua por doquier
de tanto tallar gastados salmos a proa y estribor,
de pasar almas llenas de espinas por debajo de la quilla.
Condena al eterno anclaje.
Cortate pies y manos si quieres librarte de estos grilletes
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